4 – LOS REYES DEL MUNDO

Se conocieron en París 

en un viaje de estudiantes. 

Juan venía de Madrid

y Gerome era de Nantes. 

 

El francés era un motor

moviendo sus manos al viento. 

Aplastado en su pudor, 

Juan le admiraba en silencio. 

 

Y una noche por fin 

en una fiesta con amigos, 

Gerome le dijo “te vienes conmigo”

y se fueron a bailar. 

Y al besarlo en la noche parisina, 

notó el francés al español temblar 

Y le dijo “tranquilo,

porque… 

 

Somos los reyes del mundo 

cuando estamos juntos. 

No dudes ni un segundo 

porque yo te juro: 

somos los reyes del mundo 

cuando estamos juntos,

que sepas que nadie nos parará. 

 

Fueron dos meses de pasión, 

de caricias desmedidas,

aplazando el estupor

que anunciaba la despedida.

 

Un día Juan se echó a llorar. 

“Gerome, mi amor, soy un cobarde. 

Tengo una novia formal 

con la que debo casarme.” 

 

Herido, el francés le dijo

“No voy a juzgarte”

Tú sé feliz yo intentaré olvidarte 

y no le fue a despedir. 

Y en el avión lloraba Juan leyendo

una postal que Gerome le escondió

en la que había escrito.

 

Somos los reyes del mundo  …

 

Pasaron quince años o más.

Gerome se había separado

y tratando de olvidar

se autorregaló un verano.

 

Ardían la sangre y los pies

por las aceras de julio.

Olía Madrid a birra y miel,

eran las fiestas del Orgullo.

 

Y paseando por Chueca

alguien le agarró del brazo.

“Hola, soy Juan” se dieron un abrazo

y se echaron a llorar.

“Te presento a Luis que es mi marido,

te vienes con nosotros a cenar,

amigo, hemos de celebrar que…” 

 

Somos los reyes del mundo …

3 – COMO UN HOMBRE

COMO UN HOMBRE 

 

Tú no eres feliz,

te dije, estás muy rara, 

y te echaste a reír 

en mi puta cara. 

Y así empezó el calvario 

que asumo por idiota. 

Con la miel en los labios 

vivo escupiendo moscas. 

No tengo lo que hay que tener 

y si lo tengo siento

que jamás es suficiente. 

No me da miedo perder,

me da pereza ser valiente. 

¿Cómo coño supera tantas cosas la gente?

 

Quiero que lo sepas, guardo los recibos  

de cada promesa que jamás hemos cumplido. 

Quemaré las letras que aún no te he escrito

con el nombre de los hijos que nunca tuvimos. 

 

Mira tú por dónde mi ansiedad me grita

que sólo se excita con lo que mi alma le esconde. 

Si mi lado femenino se rompe,

quizás aprenda a llorar como un hombre. 

 

“Necesito huir hacia ninguna parte”.

Pues te va a perseguir, grité, tu puta madre. 

 

Y la ciudad me escupe 

sólo melancolía 

como en las pelis cutres,

esas del mediodía. 

Fue nuestra historia una canción 

con una melodía que sin querer 

se te engancha. 

Cupido perdió el ritmo y ninguno pidió revancha. 

Antes del estribillo se enfrió la venganza. 

 

Quiero que lo sepas …

 

Puede ser, qué más da, ya da igual. 
Si ya sé que jamás volverás.                    

Déjame.

2 – ATENTO

Hoy no me importa 

qué ocurre en tu alma.

Lo siento pero me da igual. 

Que nadie me culpe

si apago la alarma. 

Ya un sueño me despertará. 

Es cuestión de desaprender

las rutinas que me hacen mal.

 

Hoy me permito 

que todas mis dudas

definan por fin lo que soy. 

No necesito 

un libro de autoayuda, 

para eso ya existe el Playboy. 

Siento que me cansé de ser 

tan yo mismo que quiero estar…  

 

Atento, 

dispuesto a aprovechar mi momento,

cambiando de lugar el acento. 

Que el mundo tenga claro que vengo a por más. 

Convencido y 

atento,

da igual si sale mal, yo lo intento.

Y si a alguien le molesta, lo siento, 

ya no me pienso abandonar. 

 

Que la lluvia me inunde la boca 

que yo no la pienso secar. 

 

No te confundas,

odio esas movidas 

de soñándolo lo lograrás. 

Hay gente cojonuda

que sufre en la vida

y esto no va de luchar. 

Sólo hablo de aprovechar 

cada instante para seguir…

Atento … 

A veces el momento más simple 

se convierte en el mejor. 

Quizás todo lo que existe 

surgió por error.

1 – IMPOSIBLE

Era todo tan imposible 

que resultaba muy sencillo 

ser felices. 

Yo pretendía definirte,

tú te afilabas los colmillos 

en mis cicatrices. 

Empeñados en perder

el miedo, la razón, la fe,

nos atrajimos. 

Ninguno supo adivinar 

que esa manera de escapar

era el destino. 

 

¿Y quién nos iba a decir

que íbamos a seguir vivos?

Que todo iba a fluir

mejor al resistir unidos.

Qué bizca que es la pasión,

qué caprichoso el instinto. 

Resultó que al final

mi individualidad

era mejor contigo.

¿Cómo algo tan irracional 

tenía tanto sentido? 

 

No creo en el amor civilizado

basado en buenas intenciones.

Las pieles fluyen mejor en el barro,

el deseo lubrica los corazones

heridos mejor.

 

¿Y quién nos iba a decir ….

 

Y es que no asusta la igualdad,

aterra el universo.

Contigo me voy a alistar 

en la guerra del sexo.

 

¿Y quién nos iba a decir ….